Hace 10 años | Por anacard a inforadictos.com
Publicado hace 10 años por anacard a inforadictos.com

Todo empezó hace unos dos meses. Mi primo Joan y unos amigos suyos estaban hablando de acudir todos juntos a un evento, así que creó un grupo de Whatsapp donde los agregó a todos. Posteriormente, uno de ellos le dijo que añadiera a otra persona que se apuntaba y le dictó el número de teléfono de la misma. [...] Pues bien, ayer mismo, mi primo recibe una llamada de un energúmeno totalmente alterado, que empieza a decirle que a santo de qué le mete a él en un grupo.

Comentarios

D

Un señor bajito con gafas y bigote sufre un mareo al ir a comprar pan en Cuenca.

ﻞαʋιҽɾαẞ

#1 Si me mandas un enlace lo subo.

a

#1 Te puedes quedar con la anécdota. Yo lo he subido para ver si se podía generar debate en torno a las preguntas que se hace el autor al final del artículo:

"Si es tan fácil agregar a alguien a un grupo, sin que se necesite su consentimiento, ¿puede haber algún problema legal por ello? Imagino que cuando se aceptan las condiciones de uso de Whatsapp, también estarás aceptando y asumiendo que estas situaciones se pueden dar ya que eres tú mismo el que integras tu número de teléfono en una red en cierta manera pública. De hecho, para agregar a alguien a Whatsapp e incluso ver su foto de perfil y su mensaje de estado no hace falta tampoco su permiso explícito, tan sólo saber (o inventarse) su número de teléfono."

Quizá no todo el mundo cae en la cuenta de estas cosas cuando alegremente se instala Whatsapp "para enviar mensajes gratis". Ya te adelanto que mi madre no ha pensado en estas implicaciones.